La tosferina, una enfermedad infecciosa que afecta principalmente las vías respiratorias, ha encendido las alarmas en Ecuador. En la última semana, el país reportó un aumento de 22 nuevos casos, alcanzando un total acumulado de 593, lo que representa un incremento semanal del 4%. Aunque esta cifra refleja una desaceleración respecto a la semana anterior (28%), el problema está lejos de estar resuelto. Además, cuatro nuevas muertes elevan el número total de fallecimientos a 15, incluyendo a tres lactantes y un adulto joven, lo que subraya la urgencia de fortalecer las medidas de prevención.
¿Cómo nos afecta este brote?
En una entrevista en el programa Equinoccio Digital, la docente e investigadora de la PUCE, PhD Betzabé Tello, habló sobre cómo estamos enfrentando la tosferina. Manabí, Guayas y Pichincha se encuentran entre las provincias más afectadas, acumulando 141, 147 y 105 casos, respectivamente. La enfermedad, caracterizada por una tos persistente y violenta, puede causar complicaciones severas, especialmente en niños menores de un año y adultos mayores. La doctora Tello, experta en salud pública, advierte: «Los extremos de edad son los grupos más vulnerables. Aunque hemos visto una reducción en la velocidad de contagios, el número de fallecidos sigue siendo preocupante.»
La situación también resalta un problema estructural: el subregistro de casos. “Muchos pacientes no son diagnosticados en centros oficiales y, por ende, no se reportan al Ministerio de Salud. Esto nos deja con datos incompletos sobre la magnitud real del brote”, señala la doctora Tello.
¿Está el sistema de salud preparado?
Los servicios de salud enfrentan el desafío de diagnosticar oportunamente y manejar complicaciones graves. Signos de alarma como fiebre persistente, accesos de tos severa, vómitos frecuentes y dificultad respiratoria deben ser atendidos de inmediato. La doctora enfatiza que las familias deben estar alertas: “Un niño que no come, tiene fiebre o muestra hundimiento del tórax al respirar debe ser llevado inmediatamente a un establecimiento de salud.”
Vacunación: la mejor defensa
En un esfuerzo por controlar el brote, el Ministerio de Salud ha intensificado las campañas de vacunación en centros educativos y comunidades vulnerables. La vacuna pentavalente, que protege contra la tosferina, se administra a los 2, 4 y 6 meses, con refuerzos a los 18 meses y 5 años. También se recomienda que las mujeres embarazadas se vacunen en el último trimestre para transferir anticuerpos al bebé a través de la placenta y la leche materna.
Sin embargo, el país enfrenta retos logísticos. La pandemia de COVID-19 interrumpió los esquemas de vacunación, dejando a millones de niños sin protección adecuada. La Organización Mundial de la Salud advierte que 25 millones de niños en todo el mundo no recibieron la vacuna DPT en 2021, exacerbando la vulnerabilidad a enfermedades prevenibles como la tosferina.
Medidas de prevención: ¿estás haciendo lo correcto?
La higiene respiratoria, el uso obligatorio de mascarillas en escuelas y el aislamiento de niños con síntomas son medidas esenciales para frenar el contagio. Además, el Ministerio de Salud ha implementado estrategias de comunicación más efectivas, como el envío de mensajes de texto para informar a los padres sobre la importancia de las vacunas.
El papel de la comunidad
Mientras las autoridades trabajan para contener el brote, el compromiso ciudadano es crucial. La doctora Tello destaca: “La lactancia materna es una herramienta poderosa. Los anticuerpos presentes en la leche materna pueden proteger a los recién nacidos hasta que reciban sus primeras vacunas.”
¿Cómo podemos evitar un colapso en el sistema de salud?
La respuesta radica en la prevención y en un acceso equitativo a las vacunas. Si bien el brote de tosferina en Ecuador muestra signos de control, no podemos bajar la guardia. ¡Es momento de actuar! ¿Estás tomando las precauciones necesarias para proteger a tu familia?
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Escrito por: Denisse Veliz