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Temblor en Esmeraldas reabre temores del 2016

El 25 de abril de 2025, un temblor de magnitud 6.1 sacudió la provincia de Esmeraldas, en la costa norte de Ecuador. El epicentro se ubicó a 8,4 kilómetros del cantón Esmeraldas, con una profundidad de 28 kilómetros. El movimiento se sintió en al menos 10 provincias y 56 cantones del país, incluidas Quito y Guayaquil.

El sismo dejó 29 personas heridas y provocó daños en 135 viviendas, 26 unidades educativas y 37 bienes públicos. También resultaron afectadas la Casa de la Cultura y el Museo Esmeraldas. Frente a esta situación, la Secretaría Nacional de Gestión de Riesgos (SNGR) activó los Comités de Operaciones de Emergencia (COE) provinciales y cantonales para coordinar una respuesta inmediata.

Ecuador y el riesgo constante en el Cinturón de Fuego

Este evento reabrió el debate sobre la preparación del país ante desastres naturales. Ecuador forma parte del Cinturón de Fuego del Pacífico, una de las zonas con mayor actividad sísmica en el mundo. Esto se debe a la subducción de las placas de Nazca y Sudamericana. A lo largo del siglo pasado, los terremotos de 1906, 1942, 1958, 1979 y 2016 —todos con magnitudes mayores a 7.7— mostraron la gran vulnerabilidad estructural de muchas zonas del país.

Necesidad urgente de actualizar códigos y alertas

Varios expertos han señalado la urgencia de reforzar los códigos de construcción, especialmente en ciudades costeras donde el crecimiento urbano ha sido acelerado. Asimismo, recomiendan modernizar los sistemas de alerta temprana y ampliar su cobertura nacional. Además, insisten en fortalecer una cultura ciudadana de prevención. La similitud de este temblor con el devastador sismo de 2016 resalta la necesidad de sostener y fortalecer la política nacional de gestión de riesgos.

La crisis energética agrava la vulnerabilidad

La crisis energética actual también pone de relieve la fragilidad del sistema ante eventos naturales. La escasa inversión en energías renovables y la alta dependencia de combustibles fósiles aumentan el riesgo. Por esta razón, se requiere que el Estado, el sector privado y la sociedad civil colaboren en la construcción de infraestructuras más resilientes. Igualmente, deben actualizar los protocolos de emergencia y asegurar una respuesta eficaz ante nuevos sismos.

Un llamado urgente a actuar

El sismo del 25 de abril en Esmeraldas es una advertencia clara. El país necesita fortalecer su preparación ante desastres. Para ello, se deben modernizar infraestructuras, aplicar normas de construcción más estrictas y promover una cultura nacional de prevención.

Solo a través de esfuerzos conjuntos y sostenidos será posible reducir los riesgos. Además, se podrá proteger a la población ante futuras emergencias sísmicas. Las lecciones del pasado deben transformarse en políticas firmes que prioricen la seguridad y el desarrollo sostenible. Así, Ecuador podrá enfrentar con mayor resiliencia un futuro incierto, pero prevenible.

Escrito por: Klever Ushinia

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