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Roberto Omar Machado: el adiós de una leyenda del periodismo deportivo ecuatoriano

La televisión ecuatoriana pierde una voz emblemática. La salida de Roberto Omar Machado de Teleamazonas no representa simplemente el fin de un ciclo profesional, sino el cierre de una etapa en la que el periodismo deportivo conservaba aún ese aire artesanal, de calle, de pasión por la camiseta, sin filtros ni guiones impostados. Su despedida, ocurrida el 20 de mayo de 2025, deja un vacío difícil de llenar, no solo en la pantalla, sino también en la memoria colectiva de una audiencia que aprendió a ver el deporte a través de su mirada.

A diferencia de muchas figuras que hoy dominan los medios con énfasis en lo viral, el espectáculo o la polémica fácil, Machado apostó por un periodismo de fondo. Fue testigo de procesos deportivos clave para el país y supo dotar a cada cobertura —desde los Juegos Olímpicos hasta los campeonatos locales— de una narrativa con sentido histórico. Su presencia no dependía de escándalos ni de frases diseñadas para ser titulares. Era creíble. Y eso, en estos tiempos, ya es una rareza.

El legado de Roberto Omar no se mide únicamente en los seis mundiales que cubrió ni en el micrófono que sostuvo junto a íconos del deporte ecuatoriano como Jefferson Pérez. Se mide, sobre todo, en la forma en que convirtió los momentos deportivos en vivencias compartidas por miles de televidentes. En una época donde muchos periodistas deportivos se han convertido en opinadores en serie, su estilo conservaba aún la esencia del cronista: aquel que informa, emociona y, cuando es necesario, incomoda.

Su retiro también abre paso a una reflexión necesaria: ¿qué tipo de periodismo deportivo está quedando? Con la salida de figuras como Machado, el oficio pierde referentes que construyeron su carrera desde la constancia, no desde la inmediatez de las redes sociales. Teleamazonas pierde más que un rostro conocido: pierde una parte de su identidad informativa en materia deportiva. Y eso no se reemplaza con un casting ni con un influencer en ascenso.

Es cierto que Machado ha anunciado nuevos proyectos y metas. No se retira del todo, pero se despide de la vitrina que lo convirtió en parte del día a día de los ecuatorianos durante casi tres décadas. Tal vez lo veamos en otro espacio, quizá en plataformas digitales, aunque ya sin el mismo peso que implica el horario estelar de un noticiero nacional. Aun así, su nombre ya está tatuado en la historia de la crónica deportiva del Ecuador.

En tiempos donde la fugacidad parece dominarlo todo, la trayectoria de Roberto Omar Machado nos recuerda que hay carreras que se construyen con paciencia, rigor y, sobre todo, amor por lo que se hace. Su salida no es un adiós, sino una invitación a mirar hacia atrás y entender que el buen periodismo deportivo no solo narra goles o derrotas: conecta generaciones. Y eso es lo que él hizo durante 29 años.

Escrito por: Jefferson Yazuma

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