l París Saint-Germain dio un golpe de autoridad en la ida de las semifinales de la UEFA Champions League 2025 al derrotar por 0-1 al Arsenal en el Emirates Stadium. Un solitario gol de Ousmane Dembélé en los primeros minutos del partido bastó para que los dirigidos por Luis Enrique salgan de Inglaterra con una ventaja de oro. Fue un partido de control, de madurez táctica y, sobre todo, de un PSG que supo adaptarse mejor a la presión del momento. Arsenal, por su parte, se quedó sin respuestas y llega al duelo de vuelta con la obligación de remontar en París.
Desde el inicio, el PSG mostró personalidad. A los 4 minutos, una acción rápida por la izquierda terminó con una asistencia quirúrgica de Khvicha Kvaratskhelia que dejó a Dembélé solo frente al arco. El francés no perdonó: disparo cruzado y 0-1 que silenció el norte de Londres. Ese impacto temprano cambió por completo el guion que esperaba Mikel Arteta.
El gol no solo descolocó a los locales, también liberó al PSG para ejecutar su plan: ceder la pelota sin perder el orden defensivo. El equipo francés bajó líneas, cerró espacios y se apoyó en un bloque compacto liderado por un Willian Pacho sobresaliente. El defensor ecuatoriano fue un muro. Con anticipaciones precisas, liderazgo en la línea de tres y una salida limpia desde el fondo, firmó una de sus mejores actuaciones en Europa.
El Arsenal, empujado por su gente, intentó responder. Pero lo hizo sin claridad. Bukayo Saka y Gabriel Martinelli estuvieron apagados, presionados constantemente y sin libertades para desequilibrar. Martin Ødegaard, cerebro del equipo, se vio aislado y sin conexiones efectivas. La presión alta del PSG forzaba errores en la salida y cortaba el ritmo ofensivo del conjunto inglés.
La primera gran ocasión para los Gunners llegó al inicio del segundo tiempo. Mikel Merino definió tras un rebote en el área, pero el VAR anuló el gol por posición adelantada. Poco después, Leandro Trossard tuvo una opción clara con un disparo seco desde fuera del área, pero Gianluigi Donnarumma respondió con una estirada monumental que evitó el empate.
Luis Enrique, fiel a su estilo, no renunció al ataque, pero priorizó el orden. Entraron Ugarte y Barcola para refrescar el medio y darle aire a las transiciones. En ese contexto, Kvaratskhelia y Dembélé se convirtieron en los principales focos de desequilibrio. A pesar de las pocas llegadas, el PSG nunca perdió la compostura, y cuando lo hizo, Donnarumma apareció como garantía.
El Arsenal terminó el partido volcado en campo rival, pero sin soluciones reales. Ni los cambios ni el empuje colectivo fueron suficientes para vulnerar la estructura defensiva parisina. La ansiedad se apoderó del equipo inglés, que terminó lanzando centros imprecisos y acumulando frustraciones.
PSG, un equipo que ha aprendido de sus errores
Más allá del resultado, lo más llamativo fue la madurez del PSG. Durante años, el equipo francés fue criticado por su falta de temple en partidos decisivos. Pero esta versión 2025 tiene otro semblante. Luis Enrique ha logrado construir un grupo compacto, donde las individualidades como Mbappé, Dembélé o Donnarumma conviven con obreros tácticos como Pacho, Vitinha y Ugarte. Este PSG parece menos glamoroso, pero mucho más competitivo.
Otro factor clave es el peso de los nuevos fichajes. El ecuatoriano Willian Pacho se consolida como uno de los defensores más confiables del torneo. Kvaratskhelia, aunque menos explosivo, aporta lectura y asistencia. Y jugadores como Zaïre-Emery y Lee Kang-in suman variantes en un mediocampo flexible y trabajador.
¿Y el Arsenal?
Para el equipo de Arteta, la derrota deja más dudas que certezas. El Arsenal fue superado tácticamente y se quedó sin ideas en momentos clave. Las figuras no aparecieron, y el planteamiento terminó dependiendo más del corazón que del fútbol. La vuelta en París será una prueba de fuego para un equipo que, si bien ha dado pasos enormes en su proceso, aún no logra traducirlo en títulos europeos.
El técnico español deberá ajustar varias piezas si quiere dar vuelta la serie. Recuperar la movilidad en ataque, generar superioridad por las bandas y darle libertad a Ødegaard serán tareas urgentes. Pero también deberá resolver su fragilidad mental en este tipo de citas: cuando más necesitó temple, el Arsenal se desdibujó.
Un escenario abierto pero con ventaja francesa
La eliminatoria está lejos de estar definida, pero el PSG dio un paso enorme. Ganar de visitante en una semifinal de Champions nunca es un dato menor. La vuelta, que se jugará el 7 de mayo en el Parque de los Príncipes, será una final adelantada. Arsenal necesita al menos un gol para forzar la prórroga, pero deberá hacerlo en territorio hostil y ante un rival que sabe sufrir y golpear.
Con jugadores de jerarquía, un plan claro y el respaldo de su gente, el PSG está más cerca que nunca de volver a una final continental. El sueño de levantar por primera vez la Champions League sigue vivo… y más fuerte que nunca.
Escrito por Jefferson Yazuma.