Desde hace un mes, millones de usuarios de WhatsApp han encontrado un nuevo elemento en sus pantallas: un círculo azul y rosa que representa a Meta AI, la herramienta de inteligencia artificial de Meta. Este bot, accesible desde la esquina inferior derecha de la aplicación, permite iniciar una conversación con solo un toque. Sin embargo, su presencia flotante ha generado dudas, críticas y preocupación entre los usuarios, especialmente porque, hasta ahora, no existe una manera clara de eliminar completamente el botón.
¿Es realmente opcional?
Meta sostiene que el uso de su herramienta de IA es opcional y que solo responde a los mensajes que los usuarios le envían. Sin embargo, el simple hecho de que el logo sea inamovible para quienes no desean utilizarlo contradice esta afirmación. La única acción posible es eliminar la conversación con el chatbot, como se haría con cualquier contacto.
Un lanzamiento selectivo
El bot de Meta AI ha sido desplegado en varios países, incluyendo España, aunque no todos los usuarios lo tienen disponible. Según Meta, la disponibilidad depende de las configuraciones regionales y personales. A pesar de las limitaciones iniciales, esta herramienta busca posicionarse como un competidor directo de otros chatbots como ChatGPT, integrándose directamente en plataformas populares como WhatsApp, Instagram y Facebook Messenger.
Cuando los usuarios inician una conversación con Meta AI, se les informa que el servicio es opcional y que solo puede leer los mensajes compartidos con él, sin acceso al resto de las conversaciones privadas. Sin embargo, la nota también advierte sobre la posibilidad de que las respuestas generadas por la IA sean imprecisas o inapropiadas.
El uso de datos y el entrenamiento de la IA
El verdadero punto de controversia radica en cómo Meta planea entrenar su IA. A partir de junio, la compañía utilizará contenido público compartido en sus redes sociales dentro de la Unión Europea para mejorar sus modelos de IA generativa. Meta asegura que no empleará mensajes privados ni datos de menores de edad. Sin embargo, este proceso ha generado preocupación entre activistas y usuarios, especialmente porque Meta dificulta el proceso para oponerse al uso de datos, al hacerlo complicado y poco accesible.
El verano pasado, un intento similar de Meta fue detenido por la autoridad irlandesa de protección de datos. Este episodio demuestra las tensiones crecientes entre los intereses comerciales de las grandes tecnológicas y las regulaciones europeas que buscan proteger la privacidad de los usuarios.
Sanciones y regulaciones
La implementación de Meta AI también llega en un momento delicado para la empresa. Esta semana, la Comisión Europea impuso multas significativas bajo el Reglamento de Mercados Digitales. Meta recibió una sanción de 200 millones de euros por su modelo de «aceptar o pagar», que obligaba a los usuarios a ceder datos personales o pagar una suscripción mensual. La Comisión determinó que esta práctica era ilegal y violaba los principios de competencia justa.
Un futuro incierto
Meta AI representa tanto un avance en la integración de la inteligencia artificial en la vida cotidiana como un nuevo campo de batalla en torno a la privacidad y los derechos digitales. Si bien la herramienta promete comodidad y accesibilidad, también plantea preguntas difíciles sobre cómo las grandes tecnologías gestionan los datos de los usuarios y hasta qué punto estos tienen control sobre su información personal.
Escrito por: Denisse Veliz