Lo que comenzó como un extraño cuadro febril en comunidades indígenas de Taisha terminó en una tragedia que hoy enluta al país. Ocho niños fallecieron por un brote de leptospirosis, una enfermedad que, aunque prevenible y tratable, se cobró la vida de varios menores por la falta de atención oportuna y condiciones sanitarias críticas.
La noticia ha puesto en el centro del debate el abandono histórico que sufren las comunidades amazónicas del país.
Primeros síntomas y respuesta tardía
Los primeros casos fueron reportados a finales de abril de 2025. Varios niños de la nacionalidad Achuar, en la zona selvática de Taisha, comenzaron a presentar síntomas como fiebre alta, dolor abdominal, vómito, diarrea con sangre y debilidad extrema.
Ante la falta de servicios médicos cercanos, las familias intentaron tratar los síntomas con medicina tradicional. Sin embargo, el cuadro se agravó rápidamente. En pocos días, siete niños fallecieron y, a pesar de los esfuerzos posteriores de las brigadas del Ministerio de Salud, un octavo niño perdió la vida.
Diagnóstico tardío: ¿qué es la leptospirosis?
Inicialmente, las autoridades sanitarias manejaron varias hipótesis. Se pensó en una intoxicación alimentaria, tal vez por colaciones escolares o por la ingesta de agua contaminada.
El Ministerio de Salud Pública (MSP) inició una investigación en colaboración con la Agencia de Regulación y Control del Agua (ARCA). Esta entidad tomó muestras de fuentes hídricas locales. Posteriormente, el Instituto Nacional de Investigación en Salud Pública (INSPI) detectó la presencia de la bacteria Leptospira en las muestras biológicas de los niños fallecidos.
La leptospirosis es una enfermedad infecciosa causada por bacterias del género Leptospira. Se transmite de animales a humanos, especialmente a través del contacto con agua o suelos contaminados con orina o heces de animales infectados, como ratas, perros o ganado.
En zonas rurales, donde las lluvias y las condiciones de saneamiento son precarias, el riesgo de brotes aumenta significativamente. En este caso, las fuertes lluvias y la falta de infraestructura básica habrían facilitado el contagio.
Contagio, síntomas y dificultades de prevención
La enfermedad inicia con síntomas similares a los de una gripe fuerte: fiebre, dolor muscular, dolor de cabeza y malestar general. Si no se trata a tiempo, puede avanzar y provocar complicaciones graves como insuficiencia renal, meningitis, hemorragias pulmonares o ictericia.
El diagnóstico se realiza mediante análisis de sangre, PCR o pruebas de detección de anticuerpos. En hospitales equipados, es posible confirmarlo en pocas horas. Sin embargo, en regiones como Taisha, donde no hay laboratorios ni personal suficiente, los diagnósticos llegan tarde.
El tratamiento incluye antibióticos y, en casos graves, hospitalización. La falta de infraestructura estatal impidió que los niños tuvieran acceso oportuno a una atención adecuada. Muchos ni siquiera fueron diagnosticados a tiempo.
La bacteria entra al cuerpo por heridas en la piel, por contacto con mucosas o por consumir alimentos contaminados. La enfermedad no se transmite de persona a persona. Por eso, el control ambiental y de animales portadores es crucial.
Cómo prevenir la leptospirosis
Prevenir esta enfermedad implica garantizar el acceso a agua potable, fomentar hábitos de higiene y educar a la población sobre los riesgos del contacto con agua estancada. También es fundamental controlar la presencia de roedores y asegurar el almacenamiento adecuado de alimentos.
En zonas de alto riesgo, se ha demostrado que el uso preventivo de antibióticos puede reducir la aparición de casos. Sin embargo, estas medidas son difíciles de implementar sin un sistema de salud presente y preparado.
Una Amazonía olvidada por el Estado
Más allá del aspecto sanitario, este brote evidenció la precariedad en la que viven muchas comunidades indígenas del Ecuador. Falta de agua segura, caminos intransitables, escuelas sin recursos y centros de salud desabastecidos son parte del día a día en Taisha.
Los habitantes denuncian que las brigadas médicas del MSP llegaron tarde. Durante los primeros días del brote, no hubo ninguna respuesta estatal. Las muertes podrían haberse evitado con un sistema de salud más justo y con presencia permanente en la zona.
La reacción del gobierno ha sido criticada no solo por su lentitud, sino también por la falta de empatía. Mientras en la capital se organizaban ruedas de prensa, en la Amazonía las familias enterraban a sus hijos en el silencio y el abandono.
Varias organizaciones sociales y defensoras de derechos humanos han exigido que se declare emergencia sanitaria en la región. También piden reforzar la atención a las comunidades indígenas con políticas sostenidas, no solo reactivas.
Este brote ha revelado una profunda desigualdad. Mientras en las grandes ciudades las enfermedades infecciosas se controlan rápidamente, en zonas como Taisha, cada infección representa una amenaza mortal.
Un llamado urgente
El sistema de salud ecuatoriano, aunque constitucionalmente gratuito y universal, no llega con la misma fuerza a todos los rincones del país.
Es hora de que el Estado ecuatoriano mire hacia la Amazonía con un compromiso real. No se trata solo de enviar brigadas cuando ocurre una tragedia. Se trata de garantizar infraestructura, personal médico capacitado y políticas públicas que respeten la diversidad cultural y territorial.
La salud no puede depender de la geografía. Ocho niños fallecieron. Ocho familias quedaron marcadas para siempre. Y una comunidad entera se siente olvidada.
Que esta tragedia no pase al olvido. Que sea una llamada de atención para todos. La leptospirosis se puede prevenir. El olvido, no.
Escrito por: Alisson Inaquiza