La lactancia materna exclusiva (LME) durante los primeros seis meses de vida es una de las prácticas más eficaces para garantizar la salud y el desarrollo óptimo de los niños. Así lo afirman organismos como la Organización Mundial de la Salud (OMS) y UNICEF. Ambos recomiendan mantenerla de forma complementaria hasta los dos años o más. No obstante, en la práctica, estas recomendaciones están lejos de cumplirse.
En Ecuador, solo el 46,4 % de los bebés menores de seis meses son alimentados exclusivamente con leche materna. Esta cifra, similar al promedio de América Latina y el Caribe, refleja un abandono progresivo de esta forma de alimentación. Esto ocurre a pesar de su reconocida importancia para la salud pública. A nivel mundial, apenas el 43 % de los lactantes menores de seis meses reciben lactancia materna exclusiva, según estimaciones recientes.
Mucho más que alimento: una protección integral
La leche materna es mucho más que un alimento. Contiene todos los nutrientes, calorías, defensas inmunológicas y factores protectores que un bebé necesita, especialmente en sus primeros meses. Protege contra enfermedades infecciosas, fortalece el sistema inmunológico, regula el metabolismo y favorece el desarrollo digestivo. Además, contribuye al bienestar emocional tanto del bebé como de la madre, al reforzar el vínculo afectivo entre ambos.
Beneficios a largo plazo para la niñez
Interrumpir la lactancia antes del tiempo recomendado tiene consecuencias. Estudios demuestran que los bebés que no reciben leche materna tienen hasta 14 veces más riesgo de fallecer por causas prevenibles. En neonatos prematuros, la lactancia está asociada con mayor estabilidad cardiorrespiratoria. También ayuda a mantener niveles estables de glucosa en sangre y reduce la incidencia de complicaciones como sepsis tardía, enterocolitis necrotizante o retinopatía del prematuro.
Los efectos positivos de la lactancia materna se extienden más allá de los primeros meses. Se ha comprobado que reduce en un 13 % el riesgo de obesidad infantil, en un 35 % la posibilidad de desarrollar diabetes tipo 2 y en un 19 % la incidencia de leucemia infantil. También disminuye la probabilidad de asma y enfermedades inflamatorias intestinales.
Amamantar también protege a las madres
Los beneficios no son exclusivos del bebé. En las madres, la lactancia está relacionada con una menor probabilidad de padecer diabetes tipo 2 (32 %), cáncer de mama (26 %) y cáncer de ovario (37 %). También favorece la recuperación posparto y contribuye al bienestar emocional al fortalecer el vínculo con el recién nacido.
La LME también apoya el desarrollo óptimo del sistema gastrointestinal al estimular una microbiota intestinal saludable. Las ventajas abarcan el área neurológica y emocional. El contacto piel con piel y el acto de succión generan seguridad, consuelo y apego. Todo esto influye directamente en el desarrollo integral del niño.
¿Por qué las madres abandonan la lactancia?
A pesar de los beneficios, las tasas de lactancia materna exclusiva siguen siendo bajas. Entre los factores que influyen están el desconocimiento, la falta de apoyo social o institucional, el bajo nivel educativo y las dificultades durante el amamantamiento. También influye el marketing de fórmulas infantiles. Muchas madres abandonan la lactancia por dolor, falta de asesoría o por creer que su leche “no es suficiente”.
La importancia del acompañamiento
Frente a este panorama, las organizaciones de salud insisten en promover estrategias que fortalezcan el conocimiento y el acompañamiento. Esto debe comenzar en el embarazo y continuar durante el posparto. La información y la educación son herramientas clave. Se ha demostrado que los programas de capacitación y campañas de sensibilización aumentan significativamente las tasas de lactancia materna. En países como Mauritania y Sudáfrica, estas intervenciones han duplicado los niveles de LME en comunidades vulnerables.
Claves para una lactancia exitosa
Una recomendación esencial es iniciar la lactancia dentro de la primera hora de vida. Este momento, conocido como la “hora dorada”, permite que el bebé reciba el calostro. Esta sustancia es rica en anticuerpos y nutrientes. Además, refuerza el vínculo afectivo y estimula la producción de leche.
También se aconseja alimentar al bebé “a libre demanda”, es decir, sin horarios fijos. Responder a sus señales de hambre, incluso por la noche, ayuda a mantener una buena producción de leche y fortalece el apego. Otro aspecto fundamental es evitar el uso de fórmulas o biberones durante los primeros seis meses. Estos pueden interferir con el reflejo de succión y disminuir el estímulo natural que requiere el pecho materno.
Técnica, confianza y apoyo: factores esenciales
Amamantar correctamente implica una buena técnica. El bebé debe estar alineado con el cuerpo de la madre, con el estómago frente a ella, la boca bien abierta y cubriendo buena parte de la areola. Una succión eficaz asegura una alimentación adecuada. También previene grietas en los pezones, dolor e infecciones mamarias.
La producción de leche responde a la ley de oferta y demanda: cuanto más succiona el bebé, más leche se produce. La confianza, el acompañamiento y un entorno favorable son determinantes. Las instituciones de salud, los lugares de trabajo y la sociedad deben crear condiciones propicias. Las políticas públicas deben garantizar licencias de maternidad adecuadas, espacios para lactancia y apoyo profesional. También es clave promover campañas sostenidas de sensibilización.
Una responsabilidad compartida
La lactancia materna no es solo una decisión individual: es un acto de amor y responsabilidad. Tiene beneficios comprobados para la salud de madres e hijos. Por eso, es fundamental que las familias, el personal de salud y los empleadores estén informados y comprometidos. Promover la lactancia exclusiva durante los primeros seis meses, y mantenerla de forma complementaria hasta los dos años, es una decisión que salva vidas y mejora el bienestar a largo plazo.
Hagamos conciencia y actuemos. Respaldar la lactancia materna es cuidar el presente y el futuro de nuestra sociedad. No subestimemos su impacto.
¿Conocías todos estos beneficios? ¿Crees que en tu comunidad se brinda el apoyo suficiente para que las madres puedan amamantar? Comparte tu opinión en los comentarios y ayuda a que más personas valoren la importancia de la lactancia materna.
Escrito por: Alisson Inaquiza