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La Embajada de la discordia

El polémico conflicto diplomático entre Ecuador y México, se origina por desacuerdos en torno a alianzas diplomáticas y temas de asilo.

La decisión de México de otorgar asilo a ciertas personas, como Soledad Buendía, Fernando Molina, Carlos Viteri, Gabriela Rivadeneira y Jorge Glas, ha generado tensiones entre ambos países. Estas personas, enfrentando problemas legales en Ecuador, buscaron refugio en la embajada mexicana, lo que Ecuador considera una violación de normas diplomáticas. La opinión pública hace referencia al incumpliendo del presidente ecuatoriano Daniel Noboa de la convención de Viena de 1961, de inmunidades y privilegios diplomáticos, que, entre otras, establece la inviolabilidad de las legaciones diplomáticas a nivel mundial, ¿pero ¿qué sabemos de los incumplimientos a los acuerdos internacionales por parte de las misiones diplomáticas mexicanas en los últimos años?.

Además, comentarios realizados por el Presidente de México, Andrés Manuel López Obrador (AMLO), sobre las recientes elecciones presidenciales en Ecuador, aumentaron la controversia. Ecuador respondió declarando persona non grata a la embajadora mexicana y solicitándole que abandone el país, con esto la noche del 5 de abril la fuerza pública ingresó a la embajada de México y detuvo a Jorge Glas, que según evidencian los videos presentados por AMLO, no estaba precisamente en la cajuela de un auto como se rumoraba al inicio.

Posterior a estos hechos las opiniones tanto a nivel nacional como internacional han sido diversas y en su mayoría han cuestionado la decisión presidencial, de a toda costa capturar a Jorge Glas, ciudadano ecuatoriano prófugo de la justicia y que haciendo mal uso de acuerdos internacionales, el cual además aprovechando la cercanía de su bloque político, el de la Revolución Ciudadana, con el presidente AMLO, pretendía burlar a la justicia y que emulando a otros políticos investigados o sentenciados por delitos de corrupción, se guarecieron en la casona diplomática mexicana y la usaron como puente para huir del país y evadir a la justicia.

Los criterios son diversos y las opiniones encontradas en todos los sentidos, pero parece que la embajada mexicana en Quito y la misma política del presidente mexicano, en lo que tiene que ver a los asuntos propios de un país amigo como el Ecuador, por fin tuvieron un revés y una lección, ya que a pretexto de las inmunidades y acuerdos de corte exclusivo diplomático, estos fueron abusados tanto por políticos corruptos ecuatorianos, como por sus pares mexicanos, quienes al frente de una misión diplomática se han burlado del Ecuador, la justicia nacional y de su pueblo soberano.

Esto sienta un precedente no solo con la embajada de México en Ecuador, sino también a nivel mundial, donde delincuentes, políticos corruptos y demás transgresores de la ley, usan sus contactos y relaciones políticas para evadir la justicia usando como puente una Embajada.

Osadía o imprudencia de un presidente que, por su juventud e inexperiencia, como dicen algunos medios, irrumpió en la embajada mexicana con las fuerzas del orden; pero, para ciudadanos que cansados de la fantochería de quienes aupados por el velo del socialismo se han burlado de la institucionalidad del país y de su pueblo, al que debían representar y ante el que tenían el deber de proteger.

Probablemente, para muchos, no fue el mecanismo correcto, pero sin duda la decisión presidencial es una lección para un presidente mexicano bocón y desatinado, que hace lo que le da la gana con la política diplomática de México y usa esa inmunidad, para encubrir a sus amigos, que coincidentemente son políticos alineados con un socialismo malentendido, así como con sus corruptas acciones, que han esquilmado los recursos del pueblo ecuatoriano.

Las consecuencias vendrán, ahora estamos en boca de todo el mundo y no precisamente apoyándonos, pero que lo que prime en realidad, sea la búsqueda de la verdad y la implantación del Estado de derecho.

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