La designación de Guayaquil como Capital Americana del Deporte 2026 marca un hito histórico no solo para la ciudad, sino para todo el Ecuador. Es la primera vez que una urbe ecuatoriana alcanza este reconocimiento internacional, otorgado por la Association of Capitals and Cities of Europe and Sports (ACES), organización que apoya iniciativas que utilizan el deporte como motor de transformación social. Esta distinción no es fruto del azar, sino del esfuerzo conjunto por convertir al deporte en un instrumento de cambio real.
En una ciudad tradicionalmente afectada por la violencia y la desigualdad, el deporte ha emergido como una respuesta efectiva. Según el alcalde Aquiles Álvarez, la lucha contra la criminalidad no puede limitarse a medidas de fuerza; requiere invertir en arte, cultura y deporte como vías de salvación para niños, niñas y jóvenes de sectores vulnerables.
Entre los proyectos que captaron la atención internacional destacan las competencias deportivas interbarriales, promovidas por la Dirección de Deportes del Municipio, así como las escuelas de fútbol organizadas en colaboración con la Junta de Beneficencia de Guayaquil y el club Atlético de Madrid. Estas iniciativas, enfocadas en zonas de alta vulnerabilidad, no solo fomentan el talento deportivo, sino que también brindan alternativas de vida dignas a quienes más las necesitan.
Una pieza clave que inclinó la balanza a favor de Guayaquil fue la implementación de la tarjeta Guayaca Sport, que otorga pasajes gratuitos en la Metrovía a los niños y sus padres involucrados en programas municipales deportivos. Esta medida, única en América según ACES, elimina una barrera económica crítica, garantizando la asistencia a entrenamientos y competencias.
La presencia de referentes deportivos como Jefferson Pérez y Nicolás Lapentti en el anuncio de esta designación añade legitimidad y optimismo al reconocimiento. Pérez, medallista olímpico y voz crítica en temas sociales, felicitó a la ciudad, anticipando un año de intensa actividad deportiva que promete no solo fortalecer el tejido social, sino también dinamizar la economía local a través del turismo y la organización de eventos internacionales.
Sin embargo, la distinción trae consigo una enorme responsabilidad. Guayaquil deberá demostrar en 2026 que este título es merecido, asegurando la continuidad de sus programas, fortaleciendo su infraestructura deportiva y proyectándose como un verdadero referente en gestión social a través del deporte. No se trata simplemente de recibir torneos; se trata de consolidar un modelo de inclusión y desarrollo sostenible mediante políticas públicas serias y permanentes.
La designación como Capital Americana del Deporte 2026 representa una oportunidad única para Guayaquil. El reto ahora es mayor: no basta con ser reconocidos, es indispensable construir, desde hoy, una ciudad donde el deporte siga siendo un vehículo de esperanza y transformación.
Escrito por: Jefferson Yazuma