La Selección de Ecuador se prepara para uno de los partidos más esperados de las Eliminatorias Sudamericanas rumbo al Mundial 2026. Este jueves 5 de junio, el Estadio Banco Pichincha será testigo de un choque de alto voltaje: la Tricolor recibe a una Brasil que, aunque herida, sigue siendo temible. ¿Puede Ecuador aprovechar el momento y lograr una victoria histórica?
Sebastián Beccacece enfrenta su primera gran prueba como seleccionador de Ecuador, y lo hace con una propuesta audaz. A pesar de las bajas, como la de Gonzalo Plata —lesionado y ya de vuelta en Flamengo—, el estratega argentino mantendrá su idea de juego basada en un 4-3-3 que prioriza el orden defensivo y el vértigo ofensivo.
En el arco, la seguridad de Hernán Galíndez es indiscutible. La defensa se perfila con Angelo Preciado, Willian Pacho, Piero Hincapié y Pervis Estupiñán: una línea que combina juventud, experiencia europea y agresividad. El tándem Pacho-Hincapié, ya probado, será clave para frenar a los delanteros brasileños, conocidos por su desequilibrio y movilidad constante.
El mediocampo ecuatoriano se convierte en el corazón del equipo. Moisés Caicedo, indiscutible titular, será el encargado de marcar el ritmo del partido. Junto a él, Alan Franco aportará equilibrio y llegada, mientras que Pedro Vite será el enlace creativo con los delanteros. Beccacece confía en que esta zona pueda neutralizar la calidad técnica de los volantes brasileños, presionar alto y cortar los circuitos de juego.
La zona ofensiva, por su parte, es la que más dudas genera. Con la baja de Plata, Beccacece apuesta por Alan Minda y John Yeboah como extremos. Ambos poseen velocidad, desequilibrio y frescura, pero carecen de la experiencia en escenarios de alta presión. El eje del ataque será, como siempre, Enner Valencia. El histórico capitán no solo aportará goles, sino también liderazgo y temple frente a una defensa brasileña que mezcla juventud y fuerza.
Brasil, bajo la dirección debutante de Carlo Ancelotti, no llega en su mejor momento. Las críticas por su bajo rendimiento y la falta de claridad en el juego colectivo han generado incertidumbre. Sin embargo, sigue siendo Brasil: cada jugador puede marcar la diferencia con una jugada.
El ambiente en Guayaquil será determinante. La localía es un factor que históricamente ha favorecido a Ecuador, y la hinchada ya calienta motores para impulsar a su selección. La pregunta es clara: ¿puede Ecuador aprovechar esta oportunidad única para vencer a un Brasil en proceso de reconstrucción?
Una victoria no solo significaría tres puntos vitales, sino también una declaración de intenciones al continente: Ecuador quiere estar en el Mundial y no teme a nadie. ¿Será este el partido que marque un antes y un después en el ciclo de Beccacece?
Escrito por Jefferson Yazuma