Más de 9.500 casos, 10 muertes y un sistema de salud bajo presión. Así avanza la epidemia de dengue en Ecuador en 2025. Esta enfermedad ha encendido las alarmas del Ministerio de Salud Pública (MSP), que ha declarado emergencia sanitaria en varias provincias del país.
Pero ¿cómo enfrentan esta crisis los médicos, los hospitales públicos y la ciudadanía? ¿Hay medicamentos disponibles? ¿Por qué el dengue sigue expandiéndose?
¿Qué es el dengue y cómo se transmite?
El dengue es un virus transmitido por la picadura del mosquito Aedes aegypti, común en zonas tropicales y húmedas. Este mosquito se reproduce en aguas limpias y estancadas, como las que se acumulan en floreros, llantas o tanques sin tapa. Existen cuatro serotipos del virus (DENV-1 al DENV-4), y contraer uno no brinda inmunidad frente a los otros. De hecho, infectarse más de una vez puede aumentar el riesgo de padecer formas graves de la enfermedad.
Los síntomas suelen aparecer entre cuatro y diez días después de la picadura e incluyen fiebre alta, dolor muscular y articular, sarpullido, náuseas y, en casos graves, hemorragias internas.
¿Cuál es la situación actual en Ecuador?
Según el MSP, hasta marzo de 2025 se han confirmado 9.566 casos de dengue y se reportan 10 fallecimientos. Las provincias más afectadas son Napo (1.742 casos), Orellana (1.109), Guayas (1.063) y Manabí (1.033). Este brote ha saturado hospitales y centros de salud, especialmente en la Costa y la Amazonía, donde se han identificado las tres formas clínicas del dengue: sin signos de alarma, con signos de alarma y dengue grave, la más peligrosa.
En 2024, el país ya había enfrentado un repunte alarmante, con 61.329 casos y 76 muertes, incluidas 28 de menores de edad. Esta situación llevó al gobierno a declarar una emergencia sanitaria e intensificar medidas de control, como fumigaciones masivas y la eliminación de criaderos de mosquitos. La ciudadanía, preocupada por el avance del virus, ha exigido mayor atención. “Tenemos miedo, la situación es crítica y poco o nada se está haciendo”, expresó Martha Calle, residente de Guayaquil.
Las autoridades sanitarias han hecho un llamado a la corresponsabilidad social, promoviendo la prevención doméstica y la consulta médica oportuna ante los primeros síntomas.
¿Cómo están respondiendo los médicos y el Estado?
Desde diciembre de 2024, el gobierno activó la Mesa Unificada de Salud, en coordinación con municipios, universidades, Fuerzas Armadas y organismos internacionales. Se han intensificado las mingas comunitarias, la eliminación de criaderos y la fumigación focalizada en zonas críticas.
El Ministerio de Salud ha aplicado protocolos internacionales de respuesta y ha fortalecido la vigilancia epidemiológica, con el respaldo de la Organización Panamericana de la Salud (OPS).
“La prevención está en nuestras manos. No dejemos agua acumulada, usemos repelente y acudamos al médico ante los primeros síntomas”, insisten las autoridades.
¿Hay medicamentos en los hospitales públicos?
Aquí surge uno de los principales desafíos. El tratamiento del dengue es sintomático: control de la fiebre, hidratación y reposo. No existe un antiviral específico. Si bien los hospitales públicos brindan atención gratuita, muchos se encuentran desbordados por la alta demanda.
Además, en zonas rurales escasean medicamentos básicos como el paracetamol. A esto se suma un problema creciente: la automedicación. El uso de fármacos como la aspirina o el ibuprofeno, contraindicados en casos de dengue, puede agravar los síntomas y aumentar el riesgo de hemorragias. Automedicarse puede ser mortal. No se debe tomar ningún medicamento sin indicación médica.
¿Qué está haciendo la ciudadanía?
La reacción ciudadana ha sido desigual. En sectores urbanos se han desarrollado campañas de limpieza, y algunos municipios han distribuido kits de prevención. No obstante, en comunidades vulnerables, la desinformación y la falta de recursos dificultan el control del mosquito.
En muchas viviendas, las familias almacenan agua en recipientes sin tapa debido a la falta de acceso continuo a servicios básicos, lo que favorece la reproducción del Aedes aegypti. En ciudades como Guayaquil o Santo Domingo, la población ha salido a las calles para exigir más fumigación y atención médica oportuna.
¿Cómo prevenir el dengue?
El MSP insiste en cinco acciones fundamentales para combatir el dengue desde casa:
- Eliminar criaderos: no dejar recipientes con agua al aire libre.
- Tapar tanques y baldes de almacenamiento.
- Cambiar el agua de floreros y bebederos de mascotas cada dos días.
- Usar repelente y ropa que cubra brazos y piernas.
- Acudir al médico ante fiebre alta o dolores intensos.
¿Por qué la epidemia sigue creciendo?
A pesar de los esfuerzos institucionales, la combinación de factores estructurales —como el clima tropical, las lluvias intensas, la falta de educación sanitaria y las deficiencias en el sistema de salud— ha creado el escenario ideal para la propagación del dengue.
La rotación de serotipos también complica el panorama, así como la falta de una vacuna efectiva disponible en el sistema público. Esto eleva cada año el riesgo de reinfección y de desarrollar cuadros más graves.
¿Qué podemos hacer?
El dengue no es un problema nuevo, pero su amenaza continúa en aumento. Enfrentarlo requiere un esfuerzo conjunto y sostenido.
El Estado debe garantizar el acceso equitativo a servicios de salud, medicamentos y educación sanitaria. Los médicos necesitan más recursos y capacitación constante. Y la ciudadanía debe asumir un rol activo, eliminando criaderos y buscando atención médica temprana.
Si no se toman medidas más contundentes, 2025 podría cerrar con cifras históricas de contagios y muertes por dengue en Ecuador.
¿Qué acciones deberían tomar conjuntamente el Estado, el personal médico y la ciudadanía para prevenir futuros brotes de dengue y evitar una crisis sanitaria como la actual?
Escrito por: Carol Quimi