La noche sevillana fue testigo de una de las finales más emocionantes de los últimos tiempos. El FC Barcelona, dirigido por Hansi Flick, levantó la Copa del Rey 2025 tras vencer 3-2 al Real Madrid en un clásico inolvidable que quedará en la memoria de los fanáticos.
Desde el pitazo inicial en el renovado Estadio La Cartuja, el conjunto culé dejó claro que quería el trofeo. Con un 63% de posesión, juego colectivo fluido y un mediocampo imponente, el Barça impuso sus condiciones y manejó los ritmos del partido.
El primer golpe lo dio Pedri González, quien a los 28 minutos aprovechó una gran jugada de Lamine Yamal para sacar un remate potente desde fuera del área que dejó sin opciones a Thibaut Courtois. El grito de gol blaugrana retumbó en toda Sevilla.
Sin embargo, como suele ocurrir en los clásicos, el drama estaba asegurado. En el segundo tiempo, el ingreso de Kylian Mbappé cambió el curso del partido. El astro francés necesitó apenas unos minutos para igualar las acciones con un golazo de tiro libre que rozó el poste antes de besar la red.
La inyección anímica le permitió al Madrid dar vuelta el marcador. Aurélien Tchouaméni aprovechó un descuido defensivo para anotar de cabeza tras un córner cobrado por Arda Güler, silenciando momentáneamente a la hinchada culé.
¿Se vendría una nueva hazaña merengue? Nada de eso. El Barcelona demostró que su resiliencia es real. Pese al golpe, no perdió la calma. Al minuto 50, Ferran Torres, quien ingresó por el lesionado Robert Lewandowski, controló un pase largo de Lamine Yamal, dejó atrás a Courtois y definió con clase para el 2-2 que obligó a jugar tiempo extra.
La prórroga evidenció el desgaste físico de ambos equipos. El miedo a perder se notaba, y cada balón dividido era una batalla. Todo apuntaba a los penales… hasta que, en el último suspiro, Jules Koundé recogió un rebote fuera del área y, con un derechazo certero, selló el 3-2 definitivo para desatar la locura en la mitad blaugrana de Sevilla.
¿Qué explica esta consagración del Barcelona?
Claramente, el sello de Hansi Flick: un equipo intenso, solidario y con hambre de títulos. La irrupción de jóvenes como Lamine Yamal y la jerarquía de veteranos como Koundé y Pedri ofrecen una combinación explosiva que puede marcar una nueva era dorada en el Camp Nou.
Del otro lado, el Real Madrid de Carlo Ancelotti mostró su tradicional carácter competitivo, pero pagó caro algunos errores defensivos y la falta de contundencia en momentos clave. A pesar del impacto de Mbappé, no alcanzó para levantar la Copa.
Este título no solo enriquece el palmarés de Barcelona, sino que lanza un mensaje: el nuevo proyecto culé va en serio. Y con figuras jóvenes irrumpiendo con fuerza, ¿será el inicio de un nuevo dominio blaugrana en España?
En cualquier caso, la final de Copa del Rey 2025 ya se instaló entre las mejores de los últimos tiempos: goles, remontadas, estrellas brillando y emociones hasta el último segundo. Un espectáculo que dignificó la rivalidad más icónica del fútbol mundial.
Escrito por Jefferson Yazuma.