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Alerta epidemiológica en Ecuador

Ecuador atraviesa un momento crítico en materia de salud pública debido al incremento sostenido de enfermedades infecciosas como la tos ferina, la fiebre amarilla y la leptospirosis. Este panorama ha llevado al Ministerio de Salud Pública (MSP) a declarar una alerta epidemiológica a escala nacional, con el objetivo de contener la propagación de estos brotes. Aunque las autoridades sanitarias insisten en que no se trata aún de una epidemia generalizada, los brotes localizados ya han tenido consecuencias graves, incluyendo la muerte de ocho menores en la región amazónica, lo que evidencia una amenaza creciente para la salud colectiva del país.

Tos ferina: aumento alarmante de casos en 2025

La tos ferina, también conocida como pertussis, ha mostrado un repunte sin precedentes en 2025. Esta enfermedad respiratoria bacteriana, altamente contagiosa y prevenible mediante vacunas, ha registrado un alarmante incremento del 127% en comparación con 2024. Se han confirmado 321 casos y 11 muertes, la mayoría en niños menores de un año, lo que subraya fallos en la cobertura del esquema regular de inmunización infantil. Las provincias más afectadas son Guayas, Manabí, Pichincha y Santo Domingo de los Tsáchilas, donde los servicios de salud enfrentan una sobrecarga para atender los casos y prevenir nuevos contagios.

Casos de fiebre amarilla se suman al panorama crítico

A este complejo escenario se suman los brotes de fiebre amarilla, una enfermedad viral aguda transmitida por mosquitos, especialmente en zonas fronterizas de difícil acceso. Aunque existe una vacuna eficaz, la baja cobertura en las regiones más vulnerables ha elevado el riesgo de propagación. El MSP ha reconocido que las campañas de vacunación no han logrado alcanzar a todos los grupos de riesgo, y los movimientos migratorios entre zonas rurales y urbanas podrían facilitar la expansión del virus. La falta de vigilancia epidemiológica sostenida es otro factor que complica la contención del brote.

Leptospirosis cobra vidas en la Amazonía

La leptospirosis, una infección bacteriana transmitida por contacto con agua o alimentos contaminados con orina de animales infectados, ha tenido un impacto devastador en la región amazónica. Ocho niños han muerto como resultado directo de esta enfermedad en comunidades donde el acceso a servicios básicos como agua potable y saneamiento es prácticamente inexistente. Esta situación no solo pone en evidencia las carencias estructurales de salud y servicios públicos, sino también la urgencia de aplicar medidas preventivas sostenidas en zonas rurales históricamente marginadas.

Medidas de emergencia: mascarillas obligatorias en escuelas

Como parte de su estrategia de contención, el Ministerio de Salud ha decretado el uso obligatorio de mascarillas en todos los establecimientos educativos del país durante 60 días. Esta medida incluye a estudiantes, docentes y personal administrativo, y busca frenar la transmisión de enfermedades respiratorias como la tos ferina. Además, se han intensificado las campañas de vacunación en todo el territorio nacional, aunque aún se evidencian fallas logísticas y resistencia por parte de ciertos sectores de la población.

Escasez de insumos y especulación de precios

Sin embargo, la implementación de estas medidas ha generado reacciones mixtas. Numerosos ciudadanos han denunciado la escasez de mascarillas y la especulación con sus precios en farmacias y tiendas. Esta situación ha generado indignación, especialmente entre familias de escasos recursos. “El domingo busqué mascarillas con mi familia y no encontré. Esto refleja nuestra realidad: el Estado no asegura nuestra protección”, expresó un ciudadano en Quito. La falta de regulación oportuna en la distribución de insumos básicos compromete la eficacia de las decisiones adoptadas por las autoridades.

Expertos advierten sobre sindemia en el país

Especialistas en salud pública han calificado la situación como una sindemia: la interacción de múltiples enfermedades que se agravan mutuamente en contextos de desigualdad social. Las condiciones de pobreza, la desnutrición infantil, la falta de acceso a agua segura y servicios médicos, así como el colapso en algunas unidades de atención primaria, intensifican el impacto de estos brotes. La sindemia refleja no solo una crisis sanitaria, sino también una crisis estructural que impide responder de forma integral y sostenida a las amenazas epidemiológicas.

Cobertura de vacunación en descenso y falta de coordinación

Otro de los puntos críticos es la caída de la cobertura de vacunación infantil, que en algunas regiones se sitúa por debajo del 60 %, muy lejos del umbral necesario para garantizar inmunidad colectiva. A esto se suma la descoordinación entre instituciones locales, provinciales y nacionales, que ha retrasado la implementación efectiva de campañas preventivas. Esta falta de cohesión institucional obstaculiza una respuesta rápida y eficiente, especialmente en comunidades rurales y amazónicas, donde la llegada de brigadas médicas es aún limitada.

Ciudadanía exige soluciones urgentes

Mientras el gobierno insiste en campañas informativas y medidas paliativas, la ciudadanía exige respuestas estructurales y sostenibles. Entre las principales demandas están: subsidios para la adquisición de mascarillas ante la especulación de precios; ampliación de las jornadas de vacunación sin restricciones por edad o territorio; y mayor transparencia en la comunicación y coordinación entre instituciones. La sociedad civil reclama acciones más allá de la coyuntura, que permitan afrontar de raíz los problemas sanitarios del país.

Llamado a reforzar el sistema de salud

Organizaciones de derechos humanos, gremios médicos y expertos en políticas sanitarias coinciden en la urgencia de reforzar el sistema de salud pública. Proponen una inversión prioritaria en infraestructura básica, equipamiento y personal médico, sobre todo en regiones rurales y amazónicas, donde la brecha de atención es abismal. También se requiere fortalecer la vigilancia epidemiológica y establecer protocolos de emergencia más robustos, que permitan anticipar y contener brotes futuros de manera oportuna.

Fortalecer el sistema es clave para futuras emergencias

La coyuntura actual, marcada por brotes simultáneos de tos ferina, fiebre amarilla y leptospirosis, no solo evidencia el avance de enfermedades prevenibles, sino también las profundas fallas del sistema sanitario nacional. La respuesta del Estado ha sido mayormente reactiva, sin una estrategia integral que considere los factores sociales, económicos y ambientales que agravan esta crisis. Fortalecer el sistema de salud no es solo una necesidad coyuntural, sino una condición imprescindible para evitar que nuevas emergencias sanitarias cobren vidas evitables y colapsen aún más la frágil infraestructura del país.

Escrito por: Klever Ushinia

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